lunes, 20 de octubre de 2014

Aprendiendo a escribir (y a leer)

"Escribir es un oficio que se aprende escribiendo", Simone de Beauvoir
Calvin de Bill Watterson

Ya sabemos que me gusta leer (aunque siempre se puede re-aprender), y yo ya sé que me gusta escribir. No para ser leído, sino para leerlo yo. Me gusta escribir, y releerlo y volverlo a leer y pulirlo. Y guardarlo...

Hay en mi trastero una caja, una caja un poco triste, con cosas que querría olvidar y que no puedo, cosas que me producen satisfacción y un montón de relatitos muy malos de mi adolescencia jejeje. Y un montón de inicios de algo, que no van a ninguna parte, porque la verdad es que nunca he sido muy constante. Siempre he perdido interés por las cosas con mucha facilidad, empiezo muy emocionada y con muchas ideas que necesito plasmar en ese mismo momento... y luego se apaga el fuego, y de las brasas que quedan guardo un montón de papeles para el recuerdo.
Y es curioso porque nunca me he considerado fetichista, no me cuesta tirar las cosas, siempre necesito espacio para acumular otras... pero de esto no me puedo deshacer, es un poco historia y demasiado de mi misma.

Así que si voy a diogenizarme en papeles, por lo menos que valga la pena guardarlos... Todo sea dicho, hace mucho mucho que no escribo, había demasiadas cosas en mi vida con las que entretener la cabeza. Pero últimamente siento el impulso, y aunque ha menguado un poco con esto de escribir un blog, y me siento un poco más liberada y ligera, todavía tengo dentro cosas que necesitan salir y no volver nunca.

Pues eso... que voy a aprender a escribir!!! a juntar palabras, elegir adjetivos y dar rienda suelta a los sinónimos. Y así algún día me sentiré con fuerzas para soltarlo todo.

Estoy leyendo La escritura como búsqueda, de Silvia Adela Kohan. Eso de transformar conflictos internos en material literario queda un poco ambicioso y no es el objetivo jejeje... la idea es exteriorizar... la escritura como terapia.

También tengo entre manos Nunca es tarde para leer: mujeres otoño y lectura, de Pino María Quintana Rivero, ed. Popular, y aunque no me siento identificada con el objetivo del libro (todavía, nunca se sabe), estoy teniendo lecturas reveladoras. Trata sobre el síndrome del Nido Vacío o el del Marido jubilado (síndrome diagnosticado y reconocido en Japón, país desarrollado donde los haya en muchos sentidos, y muy poco en otros), entre otras afecciones de la mujer madura, y cómo la lectura y la expresión escrita puede ayudar al desarrollo de la autoestima, la estimulación cognitiva y el compromiso social. Este libro lo estaba ojeando en el trabajo y terminé leyéndolo... me han encantado los textos que han seleccionado para reflejar las dolencias.

El siguiente paso va a ser un ejercicio intenso de Escritura en Libertad, o lo que es lo mismo, escribir, escribir y escribir hasta que se te salgan las palabras, los sentimientos y las afecciones por las orejas. Y luego leer... a ver si le encuentras sentido.


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