miércoles, 4 de febrero de 2015

Hoy nos iniciamos... con las coles de bruselas

No se las había dado todavía. De hecho, no tengo ningún recuerdo mío comiendo coles de bruselas... seguramente los habrá, pero estarán ahí, encerrados en el subconsciente destinado a la negación...
Nunca me gustaron mucho las verduras, me empiezan a gustar ahora, no por la llegada de los niños, sino por la obligación de tener que cocinarla cuando me independicé.

Pero desde que están los niños nos hemos metido en recetas nuevas con verduras... y hay algunas que tienen mucho éxito. Las acelgas gratinadas y el calzone de espincas (o la más frecuente pizza), son algunos ejemplos. Las judías verdes y los guisantes se los comen bastante bien desde siempre, ahí no tenemos problemas... ¡¡pero hay que diversificar!!.

Esta receta la buscamos en Pequerecetas, aprovechamos que ya hay arándanos en todas partes, y que hemos descubierto que se pueden congelar (aunque pierden mucha agua y después es mejor usarlos para cocinar), así que no tengo que preocuparme por el excedente (me estoy tomando muy en serio eso de tirar comida, ha habido veces que he tirado cosas sin abrir, por no acordarme de que las había comprado).

Vamos a hacer:

 Coles de bruselas al horno con miel y arándanos

Ingredientes:
Rica rica...

- Coles de bruselas (yo las voy a usar congeladas que ya las tenía compradas para el día que me viniera la inspiración).
- 1 taza de arándanos
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1/2 cucharadita de canela
- cáscara de naranja
- 1/2 taza de miel (que traemos del pueblo, una maravilla)
- Sal y pimienta




Elaboración:  

Tuve un ayudante entusiasta...
como catador ya no tanto...
Es sencillísimo. Colocamos las coles y los arándanos en una fuente. El horno precalentando a 200º. En un bol, aparte, mezclamos la mantequilla, el aceite, la canela y la ralladura de piel de naranja. Echamos la mezcla sobre las coles. También echamos la miel por encima. Salpimentamos al gusto y al horno. Unos 25 minutos, cada 5 minutos movemos las coles y lo sacamos cuando ya están crujientitas por arriba.



Resultados: los niños las escupieron directamente (no les había visto hacer eso nuuuuunca.... en serio... nos limitamos a pedirles que lo probaran, y una vez conseguido se lo retiramos... intentando no reírnos entre medias), al padre le gustó un montón (pero ya les gustaba de antes) y a mí ni fu ni fa... vamos, que me las como, no están tan fuertes como reogadas con jamón, que es como recordé que las comía en casa (ese sabor de las coles es inconfundible.... ¡¡¡no me gusta nada!!!). Pues eso, que no sé si repetiremos (los niños tienen que probar las cosas reiteradamente para sacarles gusto)... pero tengo que reconocer que así sí que las podría comer, la salsita y los arándanos quedaron muy ricos.

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