jueves, 12 de marzo de 2015

Nuestros libros favoritos V

Estos son de mis preferidos (los míos, pero a los niños también les gusta mucho), dan mucho juego y además de leérselos a los niños, los he utilizado para hacer cuentacuentos para los más pequeños (sesiones muy básicas, que no soy ninguna profesional, organizadas por el AMPA de nuestro cole).

Vamos a cazar un oso


Michael Rosen y Helen Oxenbury. Ed. Ekaré.

Una familia aventurera, una tarde ociosa, se decide a cazar un oso, y para encontrarlo recorren todo tipo de escenarios (repitiendo su canción cada vez que se ponen en camino). Se van encontrando obstáculos que van superando (todo muy repetitivo). Y finalmente encuentran la Cueva del oso, y logran su objetivo... que es salir escopetados, repitiendo uno a uno todos los escenarios anteriores, para conseguir llegar a su casa a salvo... ¿A salvo? noooo... porque se han olvidado ¡¡¡¡cerrar la puerta!!!!!! coooooorreeee a cerrarla!!!!.

El que conozca la canción "Vamos a cazar un león", que se canta (o cantaba, no sé) en campamentos y excursiones, pues ya tienes medio cuento ganado. Yo no me la conocía, me la enseñó mi chico cuando me puse a entonar el cuento, y efectivamente, le queda estupenda, con alguna variación claro está, para adaptar el texto, pero le queda genial. Las ilustraciones son preciosas, evocadoras.

Para los niños del cole hice unas diapositivas con sonido (la tormenta, el chapoteo, el rugido del oso...), de las imágenes principales, las de ir atravesando escenarios. En este punto todos nos levantamos y vamos imitando lo que hacen los protagonistas. Mientras los niños repiten las estrofas del libro.

Las últimas escenas del libro son hilarantes, todos corriendo, gritando, saltando, y para terminar debajo de una manta todos juntitos para protegernos del oso (yo al final no llevé la manta, porque eran muchos niños y no quería que se revolvieran para entrar, pero sería lo ideal jejeje).


El león que no sabía escribir


Escribe e ilustra Martin Baltscheit. Ed. Lóguez.

El León es el rey de la selva, y todo el mundo lo sabe... y es feliz retozando bajo su árbol... y no sabe escribir, pero no le importa, porque sabe rugiiiiiir, y con eso le sobra. Hasta que un día se encuentra a la Leona, y quiere acercarse a darla un beso, pero ve que está leyendo... y a una leona que lee ¡¡no se le acerca cualquiera a dar un beso!!, hay que escribirla una carta (esto lo aprendió de un misionero que se comió hace unos años). Pero el león... ¡¡no sabe escribir!!. Pero como es el rey, y es un poco abusón, va de animal en animal obligandoles a escribirle cartas, pero ninguna le convence... porque, un león no vuela por encima de los árboles, ni come plátanos, ni carroña (¡¡estaría bueno!!)... ¿¡qué puede hacer!!???...



Este libro me encaaaanta. Aquí trabajamos con el libro y con los sonidos de los animales y de la selva. Los niños iban anticipándose a las respuestas del león, y contándome cómo actuarían los demás animales dada su naturaleza, y para finalizar redactamos la carta de amor del león.


Y como recomendaciones... yo hice dos sesiones de estos dos cuentos, uno detrás del otro. En la primera los dí en este orden, primero el oso y después el león (los hilaba con una historia entre medias). Y en la segunda, y después del caos que originó la primera sesión, lo hice del revés... un acierto sin ninguna duda... el cuento del oso ¡¡los pone frenéticos al final!!, y luego cuesta un poco que vuelvan al hilo de la historia (lo de un poco es un eufemismo...). Y en la historia del león hay que participar de otro modo, estando más atentos y siguiendo la sucesión de animales, escuchando los ruidos de la selva (indignándose con el león, ¡noooooooooooo!!!!!!!)... definitivamente la segunda opción fue muuuuuuuuuuuucho mejor.


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